religión cero cero.

Hace años hubiera tenido arreglo. Ahora no. Imponer coeducación a gente ya admitida y residenciada (que no integrada) sería retroactividad y siempre habrá abogados, jueces o gobiernos que (en nombre de los derechos adquiridos) darían la razón al islamismo segregador y sexista. Cuando ir para atrás es imposible, imposible volver al antes de la Alianza de culturas y civilizaciones (esto fue en la Onu a finales de 2007, pronto hará diez años), imposible decirle a la morita: mira que nos equivocamos, que -pensándolo bien- mejor os quitáis el velo y os vestís a lo occidental, por vuestro propio bien. Como un día será noticia y polémica burkini sí, burkini no, musulmanas deportistas convivientes con varones, familias que impiden a sus hijas tal o cual conducta mixta, no queda más que una solución hacia delante. Y ahí sí. Si queremos, podemos y el futuro es nuestro: peticiones en redes, movilizaciones digitales, presión a los partidos políticos y creación de un estado de opinión favorable a: fuera la religión (todas la religiones) de los espacios públicos, algo que se podría hacer pausada y pacíficamente en nombre de una convivencia mejor ya sin que nadie nos meta por los ojos en qué dios cree o a qué iglesia, religión o secta pertenece y, lo que es mejor: tratándolas, a todas las creencias, a todas, por igual. Nadie diría xenofobia ni racismo. Todos por igual vivirían la fe como experiencia única contra la que nadie atente.

Y ahí nos encontramos con las iglesias cristianas, que no están dispuestas a perder su cuota de poder en los Estados (por mucho que sean Estados laicos no confesionales); con la Iglesia de Roma, que ve en peligro el papa Francisco, estrella en la TV pública; con el capillita que se imagina sin su semana santa; con el concejal de fiestas que teme que sin día de la virgen o del patrón baje la economía de su pueblo, etcétera, etcétera. Y a nivel internacional toparíamos con Israel y los Estados confesionales islámicos (Mauritania, pero también Marruecos) que incomodan al no creyente con que hoy es sábado y no funcionan los autobuses, hoy Ramadán y no servimos de comer y en esta plaza cúbrase con kipá, que lo manda la ley judía. Lógicamente, esos son miedos alimentados: en tiempo de la República, las procesiones desfilaron acogiéndose al derecho de manifestación, por ejemplo, y hoy el Rocío no dejaría de ser una caravana organizada y con los papeles en regla.

Por eso, eLTeNDeDeRo tiene por costumbre no entrar ni salir en discusiones de pequeño formato. “Religión o Vida”, convénzase la gente de que la religión mata: hoy terroristas suicidas, suníes contra chiíes, pero ayer católicos contra protestantes; y que todos por igual, varones y hembras, grandes y chicos, mejoraremos en calidad de vida y en convivencia pacífica el día que se nos reconozca el derecho humano individual (el que yo tengo pero ha de asegurármelo el Estado en colectivo) a que nadie nos declare su filiación religiosa: ni el cura ni la monja ni la tapada.[1] Y el crucifijo de la cadenita, de la solapa, o del pendiente, si no les importa, que yo no lo vea. Poca molestia, para el alto nivel de vida que nos estaría esperando en un mundo de religión cero cero.

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[1] Esta no declaración se recoge como derecho en la Constitución española para materias como el voto político o la inclinación sexual de la persona (art.14).

[enlace a niñas islámicas en las piscinas mixtas]

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