ROBALADRONES

Galeón San José

ROBALADRONES

No es lo mismo cantar que dar el cante. La leyenda negra del colonialismo sale esta vez con el tesoro del San José, galeón español hundido en 1708 por piratas ingleses al norte de Cartagena de Indias, cuando volvía a la península con todo el oro y la plata, que no eran suyos. Los patrióters del PP se han apresurado a reclamar el tesoro del San José como patrimonio de la Corona de España y, Colombia, que ni mijita: lo que hay en Colombia es de los colombianos. Valga el enfado de la derechona española para distanciarnos, una vez más, de las pamplinas de la cultura. Si quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón, aquí hay cien años de perdón para la Corona inglesa, alentadora del trabajo sucio de los piratas, y otros cien años para la República de Colombia, que tendrá que echar sus cuentas con el ladrón de los ladrones, la empresa estadounidense Sea Search Armada, de profesión sus tesoros, grupo inversionista a quien España se la trae absolutamente floja. A SS Armada lo que le importa es que Colombia pague su parte, y en paz. Rajoy, hijo, quien paga manda y España no solo no ha pagado el rescate sino que lleva, desde Colón, siglos queriéndoselo traer calentito. O ¿de qué, si no, iba a tener Sevilla esas dos torres, la del Oro y la de la Plata? Ojalá, como simboliza el San José, se hiciera justicia poética con todo el pasado colonial. España ha hecho dos veces el ridículo. En 1708, ante los piratas ingleses, y ahora en 2015 ante la comunidad internacional. Se ha quedado en coplas, en esta seguidilla recogida por Lope de Vega: Vienen de Sanlúcar, / rompiendo el agua, / a la Torre del Oro, / barcos de plata. Y también en esta otra, de Manuel Machado: Cantando la pena, / la pena se olvida. A cantar, Mariano, a cantar, que no es lo mismo que dar el cante.

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